En esos tiempos
existían las visas “Work & Travel”, estás daban el permiso para trabajar 1
año en un país extranjero, pero a diferencia de hoy, era una gestión personal y
voluntaria donde se tenía que tener el dinero para pagar el pasaje y el costo
de vida mientras uno buscaba trabajo en el destino. La cantidad de personas que
trabajan un año fuera del país eran un grupo muy reducido, probablemente no
superaron el 1% de la población del país. Estas agencias se comenzaron a
popularizar y emergieron variantes que ofrecían el servicio de asesoría, y
prontamente como parte del servicio de asesoría se añadió clases sobre la
cultura de destino, en estas se le comenzó a enseñar a quienes lo tomaban lo
que la caracterizaba el país de destino, generando así un efecto contraste con
su actual país. Esto último fue tan popular que luego de unos años se comenzó a
legislar en Becas que buscaban asegurar que el 20% de la gente entre 20 y 30
años lo realizara, esto hizo que continuara aumentando aún más su popularidad,
legislando nuevamente y aquella vez se definió como objetivo que toda persona
tenía el derecho de vivir aquella experiencia al menos una vez en su vida.
Nuestro pais como ganancia recibía de vuelta gente con la mente mucho más
abierta a los cambios, ya que veían realidades distintas que funcionaban
igualmente, y trataban de absorber las costumbres que veían como positivas.
Esto quizás es en parte la razón por la cual nos destacamos como Unión en ser
tan flexibles.
Al revisar
material histórico es interesante notar cómo los primeros que vivieron estas
experiencias en Canuck y volvían a contarlas y no se podían creer. Contextualicemos
que por aquellos años el Hemisferio Norte Americano estaba mucho más
desarrollado en cuestiones sociales que la Región Sur Pacífico donde no
existían ciertos valores, de ahí que algunas anécdotas se percibían como una
exageración llegando a ser irreales para quienes las escuchaban. Un ejemplo de
historia es para una final de la Stanley Cup entre los Vancouvers